METERSE EN UN JARDÍN.
PLANTAS DE PLÁSTICO PARA REPENSAR LOS CUIDADOS
DISEÑO CRÍTICO Y ESPECULATIVO
Imaginar los posibles,
DHUB, 2023
Intentar pensarnos sin el plástico es realmente complicado, dando por sentada su presencia en la mayoría de productos de consumo. Desde dispositivos tecnológicos hasta objetos de uso cotidiano como un cepillo de dientes, un envase de alimentos o una prenda de ropa. Nuestra relación diaria con este material es sorprendentemente íntima.
Aun así, nuestro modelo de consumo ha posicionado al plástico como un material de escaso valor, considerándolo de poca calidad, desechable y barato. Algo contradictorio a las características intrínsecas del propio material, como son su longevidad, versatilidad y el alto precio que paga el entorno por su explotación. La búsqueda de soluciones es uno de los grandes retos del siglo XXI. Plantear alternativas que no pasen, exclusivamente, por los procesos solucionistas de circularidad y reutilización del plástico, tiene que ver con poner los cuidados en el centro, conociendo a través de la materia y reparando desde y con ella, estableciendo vínculos de intimidad que nos permitan generar un cambio de hábitos, adoptando nuevas miradas para construir un espacio de negociación que nos dé la posibilidad de revisar nuestra forma de habitar el mundo, alejándonos de una visión antropocéntrica.
Esta investigación nos invita a reflexionar y explorar, mediante una serie de dispositivos articulados a través de la planta artificial, cuestiones que tienen que ver con la materia sintética y la sostenibilidad, apostando por generar vínculos de cuidados entre el humano y el plástico.
Aun así, nuestro modelo de consumo ha posicionado al plástico como un material de escaso valor, considerándolo de poca calidad, desechable y barato. Algo contradictorio a las características intrínsecas del propio material, como son su longevidad, versatilidad y el alto precio que paga el entorno por su explotación. La búsqueda de soluciones es uno de los grandes retos del siglo XXI. Plantear alternativas que no pasen, exclusivamente, por los procesos solucionistas de circularidad y reutilización del plástico, tiene que ver con poner los cuidados en el centro, conociendo a través de la materia y reparando desde y con ella, estableciendo vínculos de intimidad que nos permitan generar un cambio de hábitos, adoptando nuevas miradas para construir un espacio de negociación que nos dé la posibilidad de revisar nuestra forma de habitar el mundo, alejándonos de una visión antropocéntrica.
Esta investigación nos invita a reflexionar y explorar, mediante una serie de dispositivos articulados a través de la planta artificial, cuestiones que tienen que ver con la materia sintética y la sostenibilidad, apostando por generar vínculos de cuidados entre el humano y el plástico.
Mediante una metodología de diseño crítico y experimental, que combina teoría y práctica, se desarrollan dispositivos simbólicos a través de la planta artificial, representando así nuestra conexión con lo sintético. Este enfoque busca provocar una reflexión sobre el plástico como parte de la llamada “tecnosfera”, una nueva capa geológica formada por la acumulación de residuos humanos, y plantea preguntas sobre la ética de este material que nos sobrevivirá durante miles de años.
El concepto central de la investigación gira en torno a la propuesta de ver el plástico como un “material de lujo” por su durabilidad, estableciendo con él un “vínculo de cuidados”. En lugar de rechazarlo, el proyecto invita a aceptar el problema y fomentar un uso responsable que honre su permanencia en el entorno. Así, el plástico deja de ser un desecho y se convierte en un objeto de valor, cuya durabilidad merece ser respetada.
Inspirado en autores como Donna Haraway y María Puig de la Bellacasa, el proyecto sugiere un cambio de paradigma que reconoce la dificultad de vivir sin plástico, pero que, a la vez, promueve un vínculo más profundo y consciente con este material omnipresente. Este enfoque permite repensar los objetos cotidianos desde una perspectiva de decrecimiento y sostenibilidad real, adaptando nuestras prácticas para habitar un mundo en el que, inevitablemente, el plástico forma parte de nuestra realidad.
La investigación se ha desarrollado en torno a la planta artifical, un objeto que nos permite hackear las obsolecencia del plástico y con el cual establecemos una vínculo emocional.
Las ideas recopiladas a lo largo del proceso culminan en una instalación formada por varios dispositvos que nos permiten pensar el plástico desde una relación de cuidados: un magazine, un video de paisajes domésticos contemporáneos y un pequeño jardín botánico petrocapitalista.
01 Magazine
Un periódico crítico que confronta el binomio natura-cultura, explorando la relación entre el ser humano, la naturaleza, el plástico y la economia de la flor cortada en la era del capitalismo global.
Deep Time Garden Magazine es una publicación editorial diseñada como un dispositivo crítico para cuestionar la relación entre el ser humano y el plástico en un contexto de sostenibilidad. Utilizando el formato de periódico, la publicación adquiere peso cultural y simboliza la transmisión de información que invita a una reflexión sobre temas urgentes. En su narrativa, destaca el diálogo entre una flor natural y una flor artificial, símbolos de lo efímero y lo duradero, respectivamente, que cuestionan la economía emocional y los valores asociados a estos objetos.
A través de titulares, frases y citas, el periódico propone un análisis de la relación entre lo sintético y lo orgánico, invitando al lector a reconsiderar el concepto de “amor eterno” y la percepción del plástico como un material desechable. Visualmente, la publicación incorpora elementos estéticos y poéticos para conectar al lector emocionalmente con el mensaje, haciendo de esta pieza no solo un registro informativo, sino también una experiencia visual que confronta la longevidad y el impacto ecológico del plástico.
02 Video
Un diálogo que explora las relaciones de intimidad con las plantas y plástico, cuestionando los valores simbólicos y ecológicos entre lo natural
y lo artificial.
El video registra conversaciones informales en un entorno doméstico con diversas personas, explorando sus relaciones de intimidad con plantas naturales, artificiales y el plástico como material. Estas charlas abordan preguntas simples, como “¿Tienes alguna planta en casa?” o “¿Qué prefieres, plantas naturales o artificiales?”, y, a partir de las respuestas, surgen reflexiones que muestran el contraste entre las plantas naturales, en constante cambio, y las artificiales, estáticas y siempre perfectas.
Los testimonios resaltan que, aunque las plantas artificiales no requieren cuidados, también carecen de características sensoriales, como el aroma. Estos diálogos reflejan cómo las personas no suelen cuestionar el impacto simbólico o ecológico de tener plantas artificiales o de regalar flores cortadas. El video, con estos testimonios, busca abrir un debate sobre el valor y las implicaciones de lo natural y lo artificial en nuestra vida cotidiana.
03 Deep Time Garden
Un jardín botánico conceptual que desafía la relación entre lo natural y lo sintético, promoviendo el cuidado del plástico en una reflexión sobre la sostenibilidad y el legado del petrocapitalismo.
El Deep Time Garden es una instalación especulativa que funciona como jardín botánico conceptual, inspirada en la tradición de los jardines como lugares de conservación, reflexión y filosofía. Este espacio propone conservar el plástico como si fuera una especie botánica, actuando como un “archivo arqueológico del petrocapitalismo” en el que los elementos vegetales de plástico se presentan como un legado material de nuestra era.
En el jardín, se explora la tensión entre lo sintético y lo natural, cuestionando si un espacio de “plantas de plástico” puede ofrecer una función semejante a la de un jardín botánico tradicional. Esta iniciativa busca, además, establecer un vínculo de cuidado hacia el plástico, tratándolo como un material que requiere atención y valoración, más allá de su percepción actual como desecho. Esta noción de cuidado invita a repensar la relación con el plástico desde una perspectiva que reconozca su permanencia y los desafíos de su coexistencia con el medio ambiente.